En sus primeras películas ("Risky Business", "Cocktail") tenía la sonrisa típica del chico guapo que va de listo. Hoy, tras un Globo de oro y tres nominaciones al Óscar, esa sonrisa seductora, desafiante y segura de sí misma que esboza el abogado de "Algunos Hombres Buenos" pertenece a uno de los hombres más respetados de Hollywood.
De pequeño lo pasó bastante mal. Su padre, ingeniero eléctrico, arrastró a su mujer y a sus cuatro hijos (tres niñas y él) por más de una docena de ciudades distintas en busca de trabajo. Tom iba muy a la deriva en sus estudios, por culpa de los continuos cambios de escuela y porque tenía problemas de dislexia. Sus padres se divorciaron siendo él adolescente, y tuvo que convertirse en el hombre de la familia. Era bueno en lucha libre pero una lesión en la rodilla le cerró las puertas de una posible carrera deportiva. Estudió durante un año en un monasterio franciscano pero en vez de recibir la llamada de Dios, quién le llamó fue el cine.
Aunque no lo parezca a simple vista, dos características de Tom Cruise son el entusiasmo y la tozudería. Se da diez años de margen para forjarse una carrera de actor. Lo primero que consigue es un papel secundario en las películas escolares "Guys and Dolls" y "Godspell". Pero para triunfar debe marcharse. Se larga a Nueva York y empieza un duro camino de clases nocturnas de interpretación, de pisar cástings, y de no tener ni un dólar en el bolsillo.
En mucho tiempo, lo único que consigue es un papelillo en la película "Endless Love", protagonizada por Brooke Shields. Su primer papel relevante es en la película "Losin'It", que le deja un mal sabor de boca: él no quiere ser otro actor de comedias juveniles de usar y tirar. Así que, desmarcándose de otros actores de su quinta, como Rob Lowe, quiere ser un actor de calidad. Y gracias al bombazo de "Top Gun" empieza a despegar.
En su trayectoria hacia el estrellato sabe aprovechar las oportunidades de trabajar al lado de verdaderas leyendas como Paul Newman en "El color del dinero", Dustin Hoffman en "Rain Man" y Jack Nicholson en "Algunos Hombres Buenos". Por su realista interpretación del excombatiente paralítico de "Nacido el Cuatro de Julio" consigue un Globo de Oro y acaricia un Oscar al Mejor Actor que hasta ahora siempre se le ha resistido. Inolvidables las escenas en las que se enfrenta con su madre, quien intenta darle ánimos a pesar de que él no acepta su condición de paralítico.
Casi tan popular como sus películas ha sido su matrimonio con la actriz Nicole Kidman, a quien conoció durante el rodaje de "Días de Trueno", y con quién adoptó dos niños, Connor e Isabella. Durante mucho tiempo se les ha considerado una de las parejas más sexys y estables de Hollywood. Pero en febrero del 2001 anuncian que se divorcian, tras diez años de matrimonio y después de haber protagonizado juntos el thriller erótico "Eyes Wide Shut" de Stanley Kubrick, precisamente sobre los celos en la pareja. Ironías de la vida.
Durante los trámites de divorcio, estalla la noticia bomba: Cruise mantiene un romance con la actriz española Penélope Cruz. Con el tiempo se presentan ante los medios como pareja y aunque hay dudas sobre si es una relación sincera o pre-montada, lo cierto es que en octubre de 2002 aún siguen juntos.
La madurez profesional de Cruise, que es una de las estrellas de Hollywood vinculadas a la secta religiosa de la Cienciología, está derivando por los caminos de la producción de películas comerciales. Su nuevo rol de coproductor empezó en la película "Misión Imposible", cuya recaudación apuntaló todavía más a Tom Cruise en el club de los actores con más de 20 millones de dólares en el banco.
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