jueves, 10 de mayo de 2007

Edvard Munch

Pintor y grabador noruego. En 1880 decidió dedicarse a la pintura, y logró ser el precursor del expresionismo. La temática de su obra va desde el amor, la enfermedad, la muerte hasta la naturaleza. Su obra más conocida es El grito (1893), donde expresó como nadie la angustia existencial.

Pintar los sentimientos más oscuros
Se lo considera precursor del expresionismo, y además el mejor pintor noruego de todos los tiempos. Nació en Löiten (Noruega) en 1863. Su padre era médico castrense y su madre murió de tuberculosis cuando él tenía apenas cuatro años. Nueve años después su hermana Sophie -de quince años de edad- también falleció por causa de esta enfermedad, y así fue como el tema de la muerte lo obsesionó durante toda su vida.

Inició estudios de ingeniería en la Escuela Técnica de Cristianía (Noruega), donde sólo permaneció un año. En 1880 decidió dedicarse a la pintura, por lo que se inscribió en la Escuela de Dibujo de la ciudad.

En 1885 realizó el primero de sus numerosos viajes a París, donde conoció los movimientos pictóricos más avanzados. Allí experimentó la influencia del neoimpresionismo y del simbolismo.

En 1892, Munch participó en la exposición de la Berliner Künstlerverein (Círculo de artistas berlineses). Pero la misma generó una gran polémica, por lo que la exposición fue clausurada a la semana.

Al obtener celebridad por este suceso, llegó a realizar varias exposiciones por toda Alemania, donde se fue a vivir. En este país favoreció la aparición del secesionismo y preparó las bases del expresionismo, que tuvo su esplendor a principios del siglo XX.

De su tercera estancia en París, a partir de 1895, se destaca una serie de pinturas que el artista denominó "El friso de la Vida": Melancolía, La enredadera roja, La Voz y, sobre todo, El grito (1893) -ésta es su obra más conocida y considerada como un icono de la angustia existencial-. Estas pinturas expresan sus experiencias personales sobre el amor, la enfermedad, la muerte y la naturaleza.

Ya en 1900, al adoptar colores más claros, se fue abriendo al realismo social. Por estos años realizó continuos viajes, alternando entre Alemania y París, con veraneos en su casa de Argardstran.

En 1908 tuvo problemas nerviosos, agravados por los efectos del alcoholismo, y permaneció internado ocho meses en una clínica psiquiátrica de Copenhague. Una vez restablecido regresó a Noruega, y uno de los trabajos que hizo fueron los paneles que decoran el Aula Magna de la Universidad de Oslo.

A la vez su obra logró un reconocimiento general, en la exposición del Sonderbund de Colonia en 1912 y en la de Berlín del año siguiente. Munch pasó los últimos veinte años de su vida retirado en su finca de Ekely, en las afueras de Oslo, entregado a la pintura. Murió en enero de 1944, completamente solo.

Algunas de sus obras más representativas son: Retrato de la hermana Inger (1884), Rue Lafayette (1890), La danza de la vida (1899-1900), Caballo al galope (1912), Obreros de regreso a casa (1912) y Muchacha sentada en la cama (1915-16).

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