Madonna

Madonna nace en Bay City, cerca de Detroit, el 16 de agosto de 1958. Su madre muere cuando ella tiene seis años y el padre debe hacerse cargo de una familia de ocho hijos. Aunque por su imagen pueda parecer extraño, Madonna saca muy buenas notas en el colegio. En la Universidad de Michigan le dan una beca de danza, pero después de un año lo deja porque no le gusta el ambiente.

En 1977 se va a Nueva York con 35 dolares en el bolsillo y una maleta. Durante un tiempo baila en una compañía de danza, la “Alvin Ailey Dance Trouppe”. Se patea todos los night clubs para conocer disc jockeys y buscar su primer contacto con las discográficas, que será Seymour Stein, jefe de Sire Records. Debuta como cantante en 1982, a los 24 años, con la canción Everybody. A partir de entonces el chorro de grandes éxitos es imparable: Like a virgin, Papa don’t preach, Material Girl...

Salvaje como su mascota en la película “¿Quién es esa chica?”, y dulce como su canción Like a prayer. Alocada, con sus medias negras y el maquillaje vistoso de “Buscando a Susan desesperadamente”, y a la vez romántica, como su balada La isla bonita. Madonna fue en los ochenta el modelo a seguir para muchas adolescentes de Estados Unidos y del resto del mundo. Ella ha demostrado que se pueden convertir en realidad los sueños de cualquier cajera de supermercado de cualquier barrio periférico. Más que ser escultural o vestir elegantemente, es decisivo trabajar duro, ser provocativa y tener mucho morro.

Ha sido madre dos veces. Pero nunca con el actor Sean Penn, con quien ha estado casada cuatro años. Primero tiene a Lourdes María con su entrenador personal de fitness, Carlos Leon. Y después llega Rocco Ritchie, fruto de su noviazgo con el director de cine británico Guy Ritchie. El 22 de diciembre del 2000, un día después de bautizar a Rocco, la diva y el cineasta de raíces escocesas contraen matrimonio en el más estricto secreto en Skibo, un lujoso y romántico castillo escocés. El hermetismo con el que se lleva a cabo esta boda intenta evitar los percances sufridos en su anterior enlace (Madonna-Penn), cuando un helicóptero, tratando de obtener fotografías del evento, interrumpe la ceremonia con su ruido.

Su interpretación en “Evita” es la guinda de calidad en su carrera de actriz. Atrás queda su papel de chica mona en “Dick Tracy” o en “Buscando a Susan Desesperadamente”, la película que tanta fama le ha dado. Madonna es una mujer de contrastes sorprendentes: a pesar de su extroversión, que muchas veces la hace demasiado basta, y aunque haya mil chicas con la tez más fina y el cuerpo más esbelto, ella ha sido modelo para Versace y Max Factor.

Nadie ha ocupado con sus videoclips más horas de emisión en la historia del canal musical MTV. Sus ardientes vídeos musicales han dejado huella, igual que sus giras mundiales espectaculares. Tuvo que retirar de la circulación su video "American Life", que expresa una visión crítica de la cultura occidental y de la incipiente guerra, y crear una versión nueva, ya que la primera versión coindició con el inicio de la guerra de Irak y prefirió no herir susceptibilidades.

A parte de su incesante creatividad como cantante, es una productora de éxito. Un peso pesado del negocio musical que ha calculado con frialdad empresarial su trayectoria, renovando imagen y sacando bombazos en el momento adecuado. Habiendo pasado de los cuarenta, Madonna es una artista de larga duración. No tiene nada que ver con las estrellas fugaces de hoy en día. She is “like a dream, no end and no beginning...”